(Ilustración del siglo XIX d.C. de cómo podría haber sido la estatua de Zeus del siglo V a.C. en Olimpia, una de las Siete Maravillas del Mundo).

Lo primero que quiero decir es que escribo esta entrada con toda la desgana que puede contener mi cuerpo, pero ya lo he aplazado lo suficiente, así que vamos allá.

El Cronida, el señor de los dioses, el rayo potenciador, el que más mea en todo el cotarro, al que no le puedes subir el tono ni un ápice porque solo con una mirada te baja el labio… con todos ustedes:

Ζεύς 

(Zeus de Esmirna – 1680, Louvre).

El señor de los dioses tiene una serie de atributos muy significativos que consiguen incluso que los menos avenidos sobre mitología griega sepan a quién están mirando y esto, por supuesto, se debe a que es un divo en toda regla.

  • Águila.
  • Cabellera abundante y barba.
  • Cetro.
  • Égida.
  • Niké.
  • Rayo.
  • Sus transformaciones que no son pocas (cuernos, toro, serpiente…).

Dios de la luz y de los fenómenos atmosféricos: ¿Ola de calor? ¿Calima? ¿Philomena? Todo culpa de Zeus que, desde lo alto de las montañas, nos maneja a su antojo porque los humanos vivimos por y para divertirle y rendirle pleitesía.

Era el modelo divino del juez humano. Representaba el poder supremo sobre el cielo y la tierra, por eso se le suele acompañar con la imagen de Niké, la justicia. Ante él debían rendir cuentas tanto dioses como hombres independientemente de su condición. Nadie podía intervenir su voluntad (ajem) sin sufrir las consecuencias (el apunte que necesitaba). A Hesíodo le encanta, le fascina, le pone dejar claro que antes de Zeus todo era caos y que el orden llega solo cuando se sienta en el trono del Olimpo una vez desterrado Crono en el Tártaro. A pesar de todo, este poder lo comparte de forma simbólica (ojo al dato) con Hades y con Poseidón por eso que ya hemos hablado antes de Zeus de los infiernos y Zeus de los mares, ¿se acuerdan? Yo prefiero pensar que son entidades separadas, pero no es descabellada la idea de que su personalidad se desdoblara para cubrir los tres territorios más importantes.

(Council of the Gods – Giovanni Lanfranco).

Por suerte o por desgracia, una vez llegados a este punto nos damos cuenta de que, en realidad, aunque he intentado no hablar en profundidad, Zeus aparece, a su manera, en todas las entradas anteriores y poco tengo que decir sobre él salvo que es el típico señoroTM/onvre como los llamamos los jóvenes (cofcofcof) hoy en día.

Hablemos pues de unos cuantos mitos relacionados con su Excelencia no sin antes verme en la obligación (por si les he permitido olvidarlo en algún momento) de recordarles que Zeus se casó con su hermana Hera con quien tuvo tres hijos legítimos, pero que la cantidad de aventuras y bastardos que tuvo es, sencillamente, incontable.

El rapto de Ganimedes: un príncipe muy guapo raptado en el monte Ida, durante el tiempo de exilio al que se someten muchos de los jóvenes troyanos, por un águila que en realidad no era un águila, sino Zeus haciendo lo que mejor se le da, y se lo lleva al monte Olimpo. Allí lo convierte en inmortal, en su amante y en el copero de los dioses, sustituyendo a Hebe. A Hera no le hizo gracia tener a uno de los amantes de su esposo tan cerca, así que no le faltó oportunidad de mostrar su desprecio. Hay muchos expertos que culpan a Ganimedes del odio de Hera hacia los troyanos, en lugar de a Paris. Más tarde, Zeus lo asciende al cielo como la constelación de Acuario (¿cuántos por estos lares? Yo soy una).

(Tenerife en la imagen superior, Gran Canaria en la imagen inferior ambas por Charles-René de Saint-Marceaux).

El rapto de Europa: Zeus, un día que salía de paseo por sus dominios, se encuentra con esta preciosa jovencita recogiendo flores en los jardines de Fenicia con la única compañía de sus sirvientas. Pobres mortales, ¿qué iban a hacer? Como con todos los mitos hay una cantidad considerable de versiones sobre cómo fue el rapto, pero la mayoría coinciden en que Europa, en realidad, seducida, eso sí, se subió por voluntad propia a lomos del precioso y hermoso ejemplar de toro que se le puso delante. Vuelan juntos hasta Creta donde Zeus recupera su forma y Europa se convierte en su amante. De esta unión nacen tres vástagos: Minos (JAJAJJAJJAJAJAJAJJAJAJAJ, el karma le dio duro a este hombre), Radamantis y Sarpedón.

Hablaremos más adelante sobre Minos y su karma, Poseidón tiene mucho que ver, por supuesto.

(Alejandro Decinti)

Leda y el cisne: estaba una hermosa joven caminando por la orilla del río Eurotas cuando un cisne cae del cielo y la seduce o la viola o qué sé yo ya a estas alturas del partido, de verdad. De esta unión nacen dos, DOS (¿he dicho ya dos?) parejas de hijos porque Leda había hecho cosas guarras anteriormente con su esposo, el rey Tíndaro y le pasa lo mismo que a Alcmena, último mito de la entrada. Leda da a luz a Helena (sí, la de Troya) y a Pólux, hijos de Zeus, y a Clitemnestra y a Cástor, hijos de Tíndaro. Cómo la lían estos cuatro, pollito, cómo la líaaaaan.

(Paul Tillier)

Dánae y la lluvia dorada: todo esto empieza con un rey que no puede engendrar hijos y un Oráculo (el de Delfos) le dice que su hija daría a luz a un varón que le robaría el trono, así que coge el viejo y la encierra en una torre/cámara de bronce (las versiones varían) para evitar que tenga contacto con hombres. Por supuesto que esto Zeus se lo toma como un reto, ¿es que no les he enseñado ya lo suficiente sobre el Cronida? Tiene algo así como un flechazo y se transforma en lluvia dorada Y MARCHANDO UN PERSEO. Sí, el de Medusa. Sí, hablaremos sobre él más adelante.

Las ilustraciones son preciosas, socorro.

(Gustav Klimt).

(Léon-François Comerre).

Zeus y Alcmena: que el bisnieto de Zeus, Anfitrión, está de camino a casa, pero todavía lejos y el dios se adelante y toma su forma para seducir a Alcmena después de asegurarle que se había vengado de los telebeos y mostrar una copa procedente del expolio como prueba (al parecer la señora tenía carácter, cosa que me parece muy bien, y tenías que ganarte el derecho a estar en su lecho). Zeus no quiso desaprovechar la oportunidad y alargó el encuentro amoroso la friolera cantidad de 72 horas. A la mañana siguiente, vuelve Anfitrión, el de verdad, y yace de nuevo con Alcmena que ya estaba cansada, pero aún así cedió, por lo que a los nueves meses nacen dos gemelos de distintos padres: Heracles, Zeus, e Íficles, Anfitrión.

(Las tribulaciones de Alcmena – grabado para la Metamorfosis de Ovidio).

Antes de terminar, como ya es costumbre, los romanos lo adoptaron como Júpiter que, en términos etimológicos muy resumidos, significa padre de la luz y como tal también estaba al frente de los dioses y, por consiguiente, de Roma. Es venerado en el mayor templo romano sobre la colina Capitolina, junto a su mujer Juno y a Minerva, formando así la famosa Tríada Capitolina.

Y hasta aquí la entrada de hoy que, con Zeus, termina la primera parte de los dioses Olímpicos, faltan otros seis. ¡Espero que nos sigamos leyendo a través de sus historias!


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13 respuestas a “Zeus, señor de los cielos.”

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