Showrunner: ¿Quién es y qué hace en la industria audiovisual?

Desde hace unos años se ha puesto de moda en el mundo audiovisual una palabra anglosajona: Showrunner. En España y Europa por ahora es poco conocida esta figura en la industria audiovisual. Este puesto de trabajo ha crecido exponencialmente con la creación (masiva, todo hay que decirlo) de las series para plataformas bajo demanda (HBO, Netflix, AppleTV, Amazon, Movistar, Disney+ …)

Los pioneros en el showbusiness de la televisión ha sido EE.UU desde su arranque en los años 50. En aquellos años las series eran de presupuesto bajo e historias sencillas: cowboys y pistoleros, aventuras y detectives, algunas de serie B de ciencia ficción, todas ellas enfocadas a un público generalista, donde sólo había un televisor en cada hogar.

El término showrunner que se define ahora ya existía en la antigua televisión, simplemente era el productor de las series que se emitían, y teniendo el control del dinero (como siempre pasa) se tiene el control creativo del producto. En la actualidad ese papel del showrunner se ha ampliado al de Creador-Guionista, pero no es del todo cierto en algunos casos.

Partiendo de la base de que si eres solamente creador guionista y te compran la idea, probablemente no seas productor ni tengas mucho control del proyecto. Por otro lado, la figura del showrunner es la de creador/autor que si tiene el control creativo, al menos del grueso de la historia. Quizás no escriba los guiones de todos los capítulos pero sí hace que todo tenga una coherencia, además de dirigir algún episodio si la ocasión lo requiere. En este caso suelen ser ya cineastas reconocidos.

El resumen básico del concepto de showrunner es el de un autor-productor de una serie. Es decir, aquella persona que, además de ejercer como productor ejecutivo de una serie, también escribe guiones y participa de forma activa en el desarrollo de la historia a través de una o varias temporadas.

Esta figura empezó a ser relevante cuando las series comenzaron a traspasar fronteras y a convertirse en un fenómeno mediático, véase Lost. A partir de ese momento el foco de la audiencia cayó sobre los creadores de las series. Cabe decir, que todo este centro mediático se ceba cuando una serie no va en la dirección adecuada para los espectadores o fans (ojo cuidado el poder de los fans tóxicos en los últimos años).

En los años 60, 70, 80 e incluso 90, las series se convertían en parte de la cultura popular. Incluyendo diálogos, expresiones, vestuario incluso, a la sociedad de la época. Quién no ha repetido alguna vez: ¿He sido yo? con voz de Steve Urkel, o correr por la playa simulando la cámara lenta emulando a Los Vigilantes de la playa. En el presente, las series son productos de mercado más global, no tanto por sus personajes, si no por su forma de crear expectación (y crear producto de merchandising). Ver un estreno de una serie en un cine, con una camisa de Juego de Tronos, incluso algunos Cosplay para ver Los anillos de poder, era impensable en los 80’s (nadie fue a ver El coche fantástico disfrazado de Michael Knight o de Hanibal del Equipo A, con puro habano en la mano).

El fenómeno social de una serie ha traspasado fronteras con la ayuda de las redes sociales. Estas mismas redes que pueden hundir una serie y a sus creadores o hacerla brillar más de lo que es (Cómo conocí a vuestra madre o BigBang Theory, casos de series con ideas originales, que se convirtieron en mediocres en su extensión y apoyada por fans en redes). Es por eso que los nuevos proyectos y en consecuecia los Showrunners tienen un ojo puesto a los fandom de las series. Lo tienen muy en cuenta a la hora del proceso creativo y eso es un handicap muy peligroso.

El buen showrunner es aquel que acoge un proyecto que le motive, que conozca al dedo su Lore y respete la obra de su creador o creadora. Dando libertad creativa al equipo de guionistas, pero siempre bajo una tutela que de alguna forma haga que ese universo que estás recreando tenga una coherencia en el canon. (Todo esto es para series que sean adaptadas de otras fuentes como anime, manga y literatura).

Según la columnista Scott Collins de Los Ángeles Times lo define así:

<<Es un curioso híbrido de artista visionario y gerente operativo duro como una roca. No son solo guionistas,no son solo productores. Contratan y despiden a guionistas y miembros del equipo, desarrollan la trama, escriben guiones, seleccionana losactores, se encargan del presupuesto y gestionan las relaciones entre el estudio y los jefes de las cadenas de televisión. Es uno de los trabajos más inusuales y exigentes, que requiereusarambos hemisferiosdelcerebroen el mundo del entretenimiento…>​>

Showrunners conocidos:

J.J. Abrams (‘Perdidos’), Terence Winter (‘Vinyl’) y Joss Whedon (‘Buffy, cazavampiros’). Shonda Rhimes- Productora, guionista y creadora de series como Grey’s AnatomyScandal o How to Get Away with Murder, tiene una de las productoras más poderosas de la industria. Vince Gilliam para Breaking Bad y creador de Better Call Saul. Tina Fey. Guionista y actriz del famoso programa ‘Saturday Night Live‘. En los últimos años ha creado las series ‘30 Rock‘ (que escribió y protagonizó). Teresa Fernández-Valdés. Responsable de ficciones como Gran HotelVelvet, Las chicas del cable, o Fariña. Phoebe Mary Waller-Bridge creó, escribió y protagonizó en la serie de comedia y drama de la BBC “Fleabag” (2016-2019). Steven Maeda, para la serie live action de One Piece de Netflix.

Por otro lado existen creadores que no quieren desvincularse de su obra magna, aquella que les ha costado casi la existencia y la salud física y mental. Tolkien ya no vale, porque su herencia fue malvendida a Amazon Studios a manos de los ineptos JD Payne y Patrick McKay. Hablamos del gran Echiiro Oda. El autor estuvo profundamente involucrado en el desarrollo de la serie, pero parece que la colaboración entre el creador del manga de One Piece y los showrunners de la adaptación live-action de Netflix fue bastante desafiante. De acuerdo con un nuevo informe (via ScreenRant), Eiichiro Oda presionó a los showrunners hasta ponerlos “increíblemente nerviosos”.

En la web de IGN España puedes leer una entrevista al princial showrunner de One Piece y lo que supuso hacer esta grandiosa adapatación de un manga que sigue en edición y ya va con 100 tomos y más de 1000 capítulos en el anime.

Como broche final del artículo, aquí les dejo este documental que pueden encontrar en plataformas bajo demanda, muy interesante sobre el trabajo de esta figura tan importante en la industria de las series.

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