Deméter, la diosa de la agricultura.

(Demeter Mourning for Persephone – Evelyn de Morgan).

¿El drama? Se inventó para Deméter, estoy total y absolutamente segura de ello, pero vamos por partes, aunque su vida se puede resumir así.

Δημήτηρ 

(Demeter – the British Museum, London).

Es la diosa de la fertilidad y la abundancia y como quien se especializa en una asignatura cuando estudias magisterio o en un área en medicina, ella lo hace en el trigo. Lleva la agricultura a los mortales y se le atribuye la invención del molino y el cultivo de las habas (qué riiiiico, y yo sin cenar).

También dio leyes a los hombres para que administraran la justicia porque es la señora madre por excelencia (a veces se le confunde con Gea) y, por tanto, tiene un don para la conciliación.

Atributos:

  • carro tirado por dragones o serpientes.
  • cetro.
  • cornucopia (por el tema de la abundancia).
  • espigas en la mano o en la corona.
  • hoz.

(Chariot of Ceres – Pinturicchio).

A Deméter los hombres se la traían al pairo hasta que apareció Iasón en la boda de Tetis y Peleo (¿ven? Parda se lió) y de esto hay varias versiones: por una parte, se dice que en la boda se enamoran y que yace con él y Zeus lo fulmina con un rayo (drama); por otra parte, que en realidad Iasón intenta violar a Deméter (drama) y Zeus lo fulmina con un rayo (le gusta fulminar, sí). En cualquiera de los dos casos lo único que, supongo, habría que tener claro y en cuenta es que, para ese entonces, Deméter es reconocida como la cuarta esposa de Zeus y, en la primera versión, el Cronida la violaría después de estar con Iasón (drama) y para la segunda también, pero convertido en toro (drama). El resultado en ambos casos es el mismo:

Perséfone, el pequeño ser que se vuelve el centro del mundo para Deméter.

Exactamente, y como ya se estarán imaginando, el mito del rapto de su hija es el más importante de toda la mitología que envuelve a Deméter ya que, gracias a su desaparición, nacen las estaciones.

(Demeter and Persephone – Myrina North West Asia Minor).

Se cuenta también que, mientras Deméter vaga por el mundo buscando a su hija desaparecida, Poseidón se encapricha y trata de cortejarla sin mucho éxito hasta que ella, cansada de su insistencia porque aquí los dioses se pasan por el forro el «no, es no» (anda, como los hombres a lo largo de toda la historia de la humanidad), se transforma en yegua. ¿Cuál es la respuesta de Poseidón? Convertirse en caballo y esta vez sí que lo consigue, de esta forma nacen Despena y Arión.

Harta de no obtener respuestas ni resultados durante su viaje, Deméter recurre a Helios (el dios chivato, ya lo veremos) quien le cuenta que ha sido uno de sus hermanos el que secuestró a su Perséfone. Enfurecida, abandona el Olimpo y con ello el cuidado y cultivo de la tierra y termina en Eleusis ofreciéndose como sirvienta para terminar ascendiendo hasta niñera del príncipe de los reyes Céleo y Metanira. Ella, en agradecimiento (es que también…), intenta volver inmortal al pequeño poniéndolo al fuego y ungiéndolo con ambrosía (¿qué?). Lógicamente, Metanira lo termina descubriendo, pone el grito en el cielo y el bebé muere quemado (¿qué se esperaban?).

Mientras todo esto sucede, la tierra está muriendo y Zeus envía a Iris y al resto de dioses para tratar de traer de vuelta a Deméter, pero la señora dice ¡NO! hasta que le devuelvan a su niña.

(Ceres begging Jupiter – Robert Prusso).

¿Vuelve Perséfone a los brazos de su madre? Sí, pero solo durante 6 meses al año, tiempo que se corresponde con el verano y la primavera, los otros 6 meses que pasa lejos serían el otoño y el invierno.

D R A M A .

Una vez llegado a este acuerdo, Deméter debe volver al Olimpo, pero antes enseña al príncipe Triptólemo los secretos de la agricultura y le entrega el famoso carro tirado por dragones alados con el que volando sembraba el trigo.

(Ceres – Jean Antoine Watteau).

Su equivalente romano es la diosa Ceres y su hija se llamará Proserpina (PFFFFFF) y el cambio más significativo es que pasa a ser una diosa adorada principalmente por la clase plebeya ya que es la encargada de proveer gracias a las cosechas.

Así como dato curioso, lo de Ceres no es curioso (MEH), encontramos otra equivalencia en la cultura de los indios nativos americanos que llamaban Selu o Madre del Maíz a su diosa de la cosecha, siendo la primera mujer cherokee. Como podemos observar en la siguiente representación sus atributos son muy similares a los de Deméter:

(No encontré la autoría de la imagen).

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