Realidad y mito de la mano en el concepto de justicia griega.

(Justicia – Howard David Johnson).

Para empezar, hay que tener claro que para los griegos lo que distingue al hombre culto del bárbaro es la capacidad de seguir y respetar las leyes de la comunidad. No se trataba de un sistema homogéneo, sino que cambiaba de una polis a otra. Es decir, no existía una recopilación de todas las leyes.

¿Cómo se hacían cargo de los problemas en la Grecia antigua, entonces? Se viene un pequeño tostón, tomen agüita para poder pasarlo.

  • el Consejo del Areópago en Atenas decidía sobre los asuntos religiosos y criminales e interpretaba y aplicaba las leyes, formado por eupátridas o aristócratas debían responder a las demandas del rey. Por lo que poco tienen que decir cuando Solón implanta una serie de reformas que mueven el sistema hacia la democracia del sistema judicial. De esta forma, cualquiera podía abrir un proceso presentando una querella. También cambia a sus componentes que ahora se seleccionan entre los los magistrados y se despoja de algunas atribuciones, decidiendo solo sobre asuntos religiosos y penales. Los castigos del Areópago eran muy, muy duros (muerte, confiscación o destierro).
  • los asuntos civiles se decidían por un Tribunal popular formado por doscientos ciudadanos libres mayores de 30 años que debían ser sabios en derecho y tener buena capacidad de argumentación.
  • si el problema era de carácter comercial se derivaba al diathetes, un tribunal compuesto por ciudadanos de más de 60 años. Al parecer, se montaba cada tertulia que un juicio podía entretener más que una actuación de teatro.

El orden cosmogónico será inspirador del orden social, la ley no está separada del orden natural, sino que se encarga de legitimarlo.

(Estatua de Júpiter).

El dios de la justicia.

Zeus se convierte en el modelo divino del perfecto juez humano y bajo su yugo caían tanto dioses como hombres sin tener en cuenta su condición pues nadie podía contradecir su voluntad salvo él mismo. Por tanto, se trata de un dios diké, de justicia, que premia a los hombres rectos y castiga a todos aquellos que actúan con maldad… o al que le mire mal un día que se ha levantado con un peo atravesado. No nos vamos a engañar, que lo convirtieran en el modelo de justicia no quiere decir que realmente fuera justo. Sin embargo, debemos recordar que su jurisdicción termina donde empieza el hilo de las Moiras.

Esta encarnación de la justicia nace a partir de la derrota de su padre Cronos, ya que gracias a él finaliza el caos que reinaba en el mundo de los dioses y se establece el orden también conocido como jerarquíadictadura.

Podemos encontrar varios ejemplos de la dura justicia del Cronida y que, de hecho, ya hemos hablado en este blog como es el caso de Prometeo. Tenemos otros como Fineo, que se le ocurre la estupenda idea de contar a los hombres la voluntad de Zeus y este lo vuelve ciego y envía a las Harpías, hermanas de la diosa Iris, para que lo torturen.

Zeus no se encuentra solo, pues antes de Hera y justo después de Metis, se casa con Temis con quien tiene a las Horas y a Diké. Temis estuvo asociada al oráculo de Delfos antes de Apolo por lo que suya es la responsabilidad de las normas que implican los cultos y los sacrificios de los dioses, así como la adivinación. También se encarga del orden de la familia. Diké encarna la versión virginal de su madre, pero regula las relaciones entre las familias de la tribu y ocupa un lugar privilegiado en el Olimpo junto a su padre, también se le asocia a la fecundidad. Las normas relacionadas con el orden familiar pertenecen a la tradición oral, por lo que no están escritas en ninguna parte. Tanto Diké como sus hermanas las Horas deben permanecer vírgenes y solteras porque son indispensables para Zeus… asegurándose que es el único macho al que le hacen casito, sí.

(El fantasma de Clitemnestra que despierta las furias – John Downman).

Las Erinias.

Son las diosas de la venganza, nacidas de las gotas de sangre que recibió Gea tras la castración de Urano, y son tres: Alecto (la implacable que castiga los delitos mortales); Megera (la celosa que castiga las infidelidades) y Tisífone (castiga los delitos de sangre).

Son diosas terribles y muy vengativas que se encargan, sobre todo, de lo que sucede dentro de la propia familia y de los abusos de poder, pero no solo de los mortales, su influencia se extiende también a los dioses: por ejemplo, Poseidón se lo hace encima durante la Ilíada porque piensa en retar a Zeus cuando les obliga a no intervenir, pero es consciente de que las Erinias se pueden volver en su contra; ellas también callan al caballo de Aquiles que Hera hizo hablar para que criticase a los dioses o el caso de Odiseo que es maltratado cuando está disfrazado de mendigo.

(Orestes perseguido por las Furias – William Adolphe Bouguereau).

El mito de Orestes.

Para entender tanto este mito como el siguiente me remontaré al principio de todo hasta llegar a nuestros protagonistas porque, de otra manera, me hago un lío yo y se lo hacen ustedes y aquí venimos a disfrutar del salseo, no a sufrir porque mis libros estén desordenados.

Todo empieza con una dinastía marcada por la ambición sin límites con dos ramas que luchan por el poder y el trono de Micenas: la de Atreo, padre de Agamenón, y la de Tiestes, padre de Egisto, hermanos ambos dos y desterrados por asesinato. El caso es que Egisto se rige finalmente como rey de Micenas después de un montón de cosas que, sinceramente, no vienen al caso, pero mucha traición y mucha sangre.

La importancia de esto lo veremos más adelante, ahora damos un salto en el tiempo hasta llegar al momento en el que Agamenón invade Tisa y asesina a Tántalo y al hijo que tuvo con Clitemnestra para tomarla como esposa. De esa unión nacen Orestes, Crisótemis, Electra e Ifigenia. El padre de Clitemnestra otorga a Agamenón un ejército para invadir Micenas y apoderarse del trono, empresa que consigue desplazando de esta forma a su primo Egisto que es rebajado al nivel de la esclavitud.

Damos otro salto en el tiempo hasta el momento en el que se deben reunir los aspirantes de Helena pues ha sido raptada y llevada a Troya. En un principio los vientos no son favorables, por lo que Agamenón sacrifica a su hija Ifigenia, como aconseja el Oráculo de Delfos, para que la flota pueda zarpar y aquí suceden dos cosas importantes 1) Clitemnestra queda atrás y es seducida por Egisto y 2) jamás perdona los tres asesinatos que Agamenón ya carga en su espada.

Hay que tener en cuenta que Clitemnestra proviene de una estirpe de mujeres bellas, pero, sobre todo, fuertes. Es de suponer que la reina no quiere a Agamenón porque se trató de un matrimonio impuesto. Ella no le perdona ni la muerte de su primer marido ni la de sus dos hijos a sus manos y esto culmina en que, cuando Agamenón regresa de la guerra de Troya, lo agasaja con pieles de primera calidad y lo trata como un dios por lo que cae en hybris. Mientras toma un baño, Clitemnestra lo asesina con ayuda de Egisto. También mata a Casandra, la concubina traída como trofeo desde Troya.

¿Qué pasa entonces? Que entra Orestes en escena para tomar justicia por la muerte de Agamenón y empujado por su hermana Electra termina asesinando a Clitemnestra. Huye tras el matricidio, pero al final, la tortura de las Erinias y la propia culpa terminan con la poca salud mental que le debe quedar al chaval y se entrega a la justicia del Areópago donde sin embargo, es absuelto ya que la diosa Atenea interviene por él. Al final, la decisión de los jueces se fundamenta en la responsabilidad de la reina por la muerte de Agamenón y esto exculpa a Orestes. Siendo justos, si en lugar de tomar la venganza por su propia mano, hubiera acudido al Areópago, muy probablemente también habría ganado ante los crímenes de Agamenón.

(Antigone et Polynice – Sébastien Norblin).

La tragedia de Antígona.

Pertenece Antígona a la estirpe de Layo y se trata de una de las mujeres más fuertes de la mitología, considerando la época en la que vivió. No es solo que posea carácter heroico, algo que ya hemos visto era muy importante en la cultura, sino que se enfrenta al orden político de su tío Creonte a favor de sus creencias. Su personaje pone de manifiesto las limitaciones de la justicia creada por los hombres y la existencia de unos principios que son consustanciales al ser humano pues siempre que surja la duda debemos optar por la ley natural, reflejo de la divina, y que nos recuerda dónde se encuentra nuestro sitio encadenados como estamos a la condición humana.

Creonte: ¿Sabías que había sido decretado por un edicto que no se podía hacer esto?

Antígona: Lo sabía, ¿cómo no iba a saberlo? Era manifiesto.

Creonte: ¿Y a pesar de ello te atreviste a transgredir estos decretos?

Antígona: No fue Zeus el que os ha mandado publicar ni la Justicia que vive con los dioses de abajo la que fijó tales leyes para los hombres. No pensaba yo que tus proclamas tuvieran tanto poder como para que un mortal pudiera transgredir las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses… estas no son de hoy ni de ayer sino de siempre, y nadie sabe de dónde surgieron. No iba yo a obtener castigo por ellas de parte de los dioses por miedo a la intención de hombre alguno.

Con estas palabras, Antígona se encamina hacia su muerte, pero vamos a remontarnos al principio de todo, como prometí.

El joven Layo, rey de Tebas, raptó y violó a Crisipo, hijo de Pélope, rey de Pisa, que le había ofrecido refugio tras su destierro de Tebas. Esto supone una deshonra de las leyes de hospitalidad. Además, el joven príncipe se suicida, no pudiendo aguantar la vergüenza y la desgracia que habían caído sobre él. Hipodamia, su madre, intenta asesinar a Layo, pero no lo consigue. Sin embargo, Pélope lo maldice tu estirpe se destruirá a sí misma porque los crímenes de los padres serán pagados por los hijos. Y sí, esta es una de esas maldiciones que tienen mucha fuerza y que culminan en el fatídico desenlace de este mito.

Después de toda la tragedia de Edipo (Edipo rey, no sé si la conocen, si quieren que hable de ella déjenmelo en comentarios y sus deseos son órdenes para mí), hombre del que Antígona es hija, marchan juntos hasta Colono y lo acompaña hasta que finalmente muere en el destierro. Después, ella regresa a Tebas y se encuentra en medio de la guerra civil que enfrenta a los tebanos por el control del trono. Como no podía ser de otra manera, culmina con el fratricidio de Eteocles y Polinices y la prohibición de Creonte de honrar y dar sepultura digna al traidor.

Antígona confiesa a su hermana Ismene cuáles son sus intenciones, pero esta no consigue persuadirla de llevar a cabo tremenda hazaña porque no sufriré nada que me haga morir sin honor. Así que actúa movida por la piedad y arroja un puñado de polvo sobre el cadáver de su hermano, lo entierra, lo cubre con la triple libación ritual (leche y miel, vino dulce y agua) desafiando de esta manera a su rey y pariente.

El diálogo citado anteriormente termina con estas palabras:

Creonte: Mientras yo viva no mandará una mujer.

Porque, por supuesto, lo que más le ha jodido no es que su edicto haya sido ignorado, sino que una mujer joven y virgen se haya atrevido a hacerlo, por lo que patriarcado y choque generacional entran en escena y decide poner en marcha el castigo que había decidido: la muerte, pero no la muerte inmediata… encierra a Antígona en la tumba de su familia para que el proceso sea lento y doloroso. Al menos, hasta que Tiresias interviene y Creonte recapitula, pero ya es demasiado tarde porque la muchacha se ha ahorcado. Y su suicidio desencadena una serie de muertes que culmina la maldición de Pépole: el hijo de Creonte, Hemón, se atraviesa con su espada y cae sobre el cuerpo de su amada prometida cuando descubre lo que ha sucedido; la madre de Hemón, Eurídice, también se suicida; Tideo, instigado por Atenea, asesina a Ismene… hasta que finalmente Teseo pone fin a la vida de Creonte.

Y esto cierra, una vez más, «la ley del ciclo».

Si han llegado hasta aquí con esta entrada despido el año y no me queda más que darles profundamente las gracias por dedicarnos un poco de tiempo cada vez que leen una de nuestras entradas. No habría suficiente motivación sin su participación, gracias a la que hemos alcanzado un reto personal en el blog.

FELIZ AÑO & NOS VEMOS EN EL 2023.

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