La rebelión de Zeus: la Titanomaquia.

(La caída de los titanes – Cornelis van Haarlem).

Si hay algo que me gusta de la mitología es su carácter cíclico; el giro de padres que intentan asesinar a sus hijos porque les pueden arrebatar el poder se da en esta segunda ocasión y casi en una tercera, pero esa es chicha para otra entrada no muy lejana.

El caso es que, como podemos deducir, Crono no consigue asesinar a Zeus antes de que elabore un plan y monte una rebelión. ¿Y qué es lo primero? Conseguir refuerzos, así que debe liberar a sus hermanos. Lo consigue con la ayuda de Metis (oceánide, aunque su padre Océano se mantiene al margen de la lucha) que le proporciona a Zeus una pócima que da a su padre para que expulse, vomite, al resto de los dioses olímpicos ya que serán necesarios en la lucha que se avecina.

Da comienzo, en ese mismo momento, un conflicto que se prolonga durante años con dos bandos muy bien diferenciados: en un lado, sobre el Monte Otris, los Titanes; en el otro lado, sobre el Monte Olimpo, los Dioses.

Pasan 10, DIEZ, 10 años (igual que la guerra de Troya, qué cosas) hasta que Gea, probablemente hasta el coño del constante tira y afloja de sus hermanos y descendientes, profetiza que serán los Dioses Olímpicos quienes ganen la batalla, PERO para conseguirlo tienen que pedir ayuda a los renegados, exiliados, desterrados. Imaginen lo que hubo de suponer para sus magnificencias aceptar que solos no tenían oportunidad.

Zeus los libera, porque la tata Gea siempre tiene razón (SIEMPRE), y les promete que podrán vengarse de su carcelero (Crono que no le gustan sus retoños y los obliga a vivir bajo tierra) a cambio de la ayuda. Los Cíclopes (Brontes, Estéropes y Arges) y los Hecatónquiros (Coto, Briareo, Giges) se unen a la guerra. Su participación es bastante importante ya que gracias a los primeros obtienen las armas que les dan la victoria: el casco de invisibilidad de Hades, el tridente de Poseidón y el rayo de Zeus con los que derrotan a Cronos y los segundos son quienes se encargan de sepultar al resto de los Titanes bajo grandes piedras y los destierran de esta manera a la misma prisión donde ellos habían estado: Tártaro.

(La derrota de los Titanes – Jordaens).

Zeus se erige como el nuevo soberano del Universo, pero aún le esperan tres rebeliones más durante su mandato de las que sale victorioso: la de Tifón, la de los Gigantes y la de los Alóadas.

Una vez que Zeus se sienta en el trono llega la necesidad de repartir el territorio. Recordemos que son SEIS hermanos: tres mujeres (Hestia, Deméter, Hera) y tres hombres (Hades, Poseidón, Zeus) este es, según el mito, el orden de su nacimiento y es el que voy a seguir a la hora de presentarlos de forma individual.

Saben quiénes son los que se reparten el mundo, ¿no? Pues eso: Zeus se queda con el Cielo, Poseidón con los Mares y Hades con el Inframundo.

(Captura del DLH Zeus– Pascu y Rodri, Youtube).

¡Felicidades si han llegado hasta el final porque chiquito tostón de entrada! ¡Las siguientes serán las fichas de los seis Dioses Olímpicos y algunos de sus mitos más (o menos) conocidos, espero que les gusten!

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