(El caballo de Troya – Juan de la Corte).
Una vez que Aquiles fallece y es enterrado, se ponen en marcha los engranajes que culminarán en la caída de Troya sin que ninguno de ellos pueda hacer nada para evitarlo y que no se narran en La Ilíada, sino que es el principio de La Odisea.
Y, gracias al secuestro de Héleno, hermano de Paris, con el don de la clarividencia, son tres los hechos que desencadenan el fin de los diez años de matanza y no, ninguno es el caballo, eso viene después:

(The Wounded Philoctetes – Nicolai Abildgaard).
En primer lugar, los griegos deben recoger a su compañero Filoctetes de Lemnos, que abandonaron a causa de una herida que recibió durante el trayecto hacia Troya, pero cuya presencia es necesaria porque será quien asesine a Paris usando el arco que hereda de Heracles como agradecimiento por prender la hoguera.
En segundo lugar, con la muerte de Aquiles la moral de las tropas espartanas está hecha bolita en un rincón, así que es necesario traer a Neoptólemo, su hijo, contribución necesaria para llenar el vacío dejado por su padre. Sin embargo, su papel no resulta ser solo simbólico ya que debe enfrentarse a Eurípilo, hijo del primer contrincante de Aquiles, muy poético todo. Como dije hace algún tiempo: todo es circular.
En tercer lugar, pero no menos importante, Odiseo debe entrar a escondidas en Troya y robar el talismán protector de la ciudad: el Paladio, una figura de la diosa Atenea. Se cuenta que hizo dos incursiones: una de reconocimiento disfrazado de mendigo (y donde es reconocido por Helena) y otra con Diomedes para cometer el robo. Y no, Helena no lo delata ante los troyanos pues ella para este momento ya se encuentra descontenta con su situación, sus pensamientos están regresando con su patria y lamenta todas las decisiones que ha tomado bajo la influencia del poder de Afrodita y Eros. Odiseo confía en ella, entonces, y si Odiseo confía no hay nada más que decir, señoría, pues creo que a estas alturas podemos afirmar que es el hombre con más dedos de frente en todo ese meollo.

(Odiseo y Diomedes robando el Paladio – cerámica de figuras rojas de Regio de Calabria).
Los troyanos están definitivamente en la mierda para este momento, así que no es tan extraño que les sorprenda un nuevo amanecer con los campamentos griegos totalmente recogidos y un caballo de madera abandonado a las puertas de la muralla. Aaah, sí, llegó el momento de la verdadera estrella de esta guerra: el famoso caballo de Troya.
*Unas horas antes*
Atenea le sugiere a su protegido favorito, aká Odiseo, que por qué no construir un caballo inmenso de madera que esté hueco por dentro para así albergar a un determinado número de soldados con una pequeña trampilla muy disimulada para entrar/salir. Y, por supuesto, Odiseo, si Atenea lo dice, pa’lante, ni se lo piensa. Transmite el plan al resto y es Epeo quien se encarga de la construcción del artefacto de guerra usando madera de los bosques del monte Ida. No se sabe con exactitud la cantidad de hombres que cupieron dentro del caballo, pero la idea era que sirvieran como avanzadilla para abrir las puertas de la ciudad a las tropas que esperan en la costa de Ténedos a la espera de la señal de fuego que avisaría a los barcos para retornar.
*Volvemos al momento en el que los troyanos descubren el caballo*

(La entrada del caballo en Troya – Giovanni Domenico Tiepolo).
Lógicamente, hay varias opiniones acerca de qué hacer con la nueva situación, aunque la más extendida es que se trata de una ofrenda para Atenea con la intención de reparar la ofensa provocada al robar el Paladio porque, aparentemente, ha sido decorado con esa intención. Sin embargo, no es hasta la aparición de Sinón, primo de Odiseo, que es capturado y quien alega que ya no está en buenos términos con sus compatriotas griegos y es un desertor. Se las apaña para convencer a los troyanos de que el caballo es inofensivo y que deben introducirlo en la ciudad. ¿Cómo es esto posible después de todo lo que han sufrido? Necesidades del guion.
Sobre la noche que se produce la toma de Troya no sobrevivió ninguna narración antigua que esté completa.
El caballo está dentro de Troya y, en mitad de la noche, el plan se pone en marcha. En la versión de Virgilio, Helena avisa a la flota levantando una antorcha desde la ciudadela y, cuando la flota está regresando, se enciende un fuego de aviso para Sinón que retira la trampilla para liberar a los guerreros y comienza el saqueo.
- Neoptólemo se dirige hacia el palacio y asesina a Príamo con su lanza cuando el rey se dirigía al altar de Zeus en busca de su protección.
- Menelao se dirige hacia donde se encuentra su esposa con toda la intención de recuperarla o asesinarla, dicen que la visión de su belleza divina evita que sea lapidada o pasada por la espada, como pretendía.
- Andrómaca, la viuda de Héctor, es descubierta cuando está con su hijo Astianacte que, por supuesto, es asesinado por Neoptólemo que la toma como concubina.
- Hécabe, la esposa de Príamo, es capturada y llevada a los barcos, pero nunca llega a Esparta porque durante la travesía se convierte en un perro salvaje.
- Casandra es violada por Áyax a los pies de una estatua de Atenea, en consecuencia, la diosa al no ser vengada esta ofensa se encarga de que el viaje de regreso sea todo un desastre. Después, la profetisa es entregada a Agamenón, pero encuentra su final a manos de Clitemnestra.
- Eneas, al que he mencionado más bien poco, PERO que definitivamente fue arrastrado a la guerra, sobrevive y escapa con su padre.
Para este momento, de Troya no quedan más que cimientos y cenizas.

(La caída de Troya – Johann Georg Trautmann).
Y sí, Troya, histórica y hermosa Troya, existió.
Gracias, Heinrich Schliemann, por tanto.







Deja un comentario