(Wali – Carl Emil Doepler).
Resulta que había un rey que tenía una hija muy testaruda, el rey se llamaba Hilling y la hija Rhinda. ¿Y cuál era el problema? Que la chiquilla no quería casarse y Hilling tenía a los enemigos ahí, ahí pegaditos a las fronteras dispuestos a invadir todo y no había forma de conseguir un yerno que le proporcionara un ejército para proteger su reino.
Y mientras el muy desgraciado no hacía más que pensar y pensar y pensar en cómo debía actuar resulta que llega un forastero de mediana edad vestido con una amplia capa y un sombrero de ala ancha al que definitivamente le faltaba un ojo. Sí es. Por supuesto que es. Se ofreció a liderar los ejércitos del reino y a obtener la victoria para de esta forma obtener la mano de Rhinda… por quien fue despectivamente rechazado a pesar de contar con el beneplácito del mismo rey.

Pero a Odín lo movían esta vez muchos más motivos para conseguir esa unión (la profecía de Rossthiof) de los que pudo tener anteriormente, así que volvió a cambiar su disfraz por el de un herrero para agasajarla con carísimos y elaborados ornamentos de plata y oro, pero volvió a ser cruelmente rechazado.
Lo intentó una vez más como un galante guerrero, pero Rhinda estaba tan hasta el c*** que incluso lo empujó para alejarlo de ella y dejar claro su rechazo.
Esto colma la paciencia de Odín que toma su cayado de runas y lanza a la princesa un hechizo que provoca que caiga en los brazos de sus sirvientes totalmente aletargada. Tanto así que, cuando despierta, ha perdido todos los sentidos y vive presa de una furiosa melancolía que no la abandona. Decidido a rendirse el rey recibe la visita de una misteriosa anciana llamada Vak que ofreció prescribir la cura de la princesa… creo que ya podrán imaginar por dónde van los tiros, pues el dios obtiene total control y dominio sobre la princesa a quien amenaza con no curar de su mal si no promete que sería su esposa.

De esta unión nace Vali que era el dios de la luz eterna y, como los rayos del sol eran a menudo como flechas, se le solía representar portando un arco y un carcaj. Su mes en el calendario nórdico se denominada Liosberi y estaba marcado con el arco y la flecha. Si lo comparamos con el calendario actual diríamos que caía entre enero y febrero, a quienes los cristianos dedicaron el mes a San Valentín con quien comparte el dios armamento.
Pero, Yanira, nada de esto explica por qué tanto empeño en casarse y yacer con Rhinda. Que sí, sabemos que Odín es caprichoso como todos los dioses (nos tienes bien enseñados), pero algo más tiene que haber. Lo hay, porque resulta que Vali será conocido también como el dios vengador… el dios que venga el asesinato de uno de los hijos más queridos de Odín y Frigga, pero eso lo dejamos para la siguiente entrada.

(Spoiler).






Replica a Baldr, el amado por todos… o no. | LA PARADOJA LITERARIA Cancelar la respuesta