Viene a ser el equivalente nórdico de Hermes (aparte de por el nombre) ya que 1) también es hijo del dios principal, 2) su fiel ayudante, su mano derecha y 3) era conocido como el mensajero de los dioses por su gran velocidad de movimiento.

Odín le obsequió con un casco magnífico y una cota de malla que solía ponerse cuando se preparaba para participar en la guerra. Confiaba su padre tanto en él que, a veces, le dejaba la lanza Gungnir para ser lanzada sobre las cabezas de los combatientes y avivar en ellos sus ardores hasta alcanzar una furia asesina. La guerra era un terreno que Hermod disfrutaba, por lo que era común incluso verlo acompañando a las valquirias en su cabalgata hacia Midgard o escoltando guerreros al Valhalla (parecido a lo que hace Hermes con las almas de los muertos que lleva hasta la barca de Caronte). Su atributo más destacado era una vara llamada Gambantein, el emblema de su oficio, que llevaba a todos lados.

The favour of the Highfather we seek to find,
To his followers gold he gladly gives;
To Hermóðr he gave helm and mail-coat
and to Sigmund he gave a sword as a gift.

El mito sobre el que vamos a hablar es, probablemente, de los más conocidos del dios y cuentan los bardos que Odín se encontraba turbado por terribles presentimientos y sombríos temores sobre el futuro. Al principio, buscó en las Nornas las respuestas, pero nada obtuvo de ellas. Perdiendo hasta el sueño decidió ordenar a Hermod que vistiera en su armadura, tomara a Sleipnir y partiera rumbo a la tierra de los fineses donde vivía el más célebre de los hechiceros, su nombre era Rossthiof. No se trataba de un personaje loable, sin embargo, pues atraía a los viajeros a su reino haciendo uso de su magia para robarles y matarles. Por desgracia, también tenía el poder de predecir el futuro y eso era lo que interesaba a Odín por lo que, además de Sleipnir, Hermod también llevaba su vara llena de runas que le permitió sortear todos los engaños del hechicero y atarlo de pies y manos para obtener de él la información que precisaba.

(Balder and Nanna with Hermod – George Percy Jacomb Hood).

Señalando el horizonte, Rossthiof pidió a Hermod que mirase y el dios pudo ver a lo lejos un arroyo de sangre que lo enrojecía todo. Una hermosa mujer surgió de la nada y un niño apareció junto a ella, el niño creció con tal rapidez que pronto alcanzó la madurez y pudo observar que blandía un arco y unas flechas. El hechicero declaró que el arroyo presagiaba el asesinato de uno de los hijos de Odín, pero que, si el padre de los dioses cortejaba a Rinda, esta le daría un hijo que vengaría la muerte de su hermano.

Corrió Hermod a poner a Odín al tanto de todo confirmando así los temores del dios que supo, de manera definitiva, que estaba condenado a perder a uno de sus hijos por muerte violenta, aunque después obtendría la venganza que merecía. Volvemos a encontrarnos con Hermod cuando el presagio se cumple, pero prefiero hablar de ese momento un poco más adelante.

Representaciones de Hermod en la cultura popular:

(Marvel, cómic).

(Marvel, serie animada Guardianes de la Galaxia).


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