Bienvenidos a 1984

No, no me he vuelto loco. Sé que es imposible olvidar el año en el que estamos, el 2020 ha estado lleno de eventos catastróficos, todos marcados por un virus que ha puesto en jaque a todo el planeta. El mundo se paralizó por completo, cancelando eventos multitudinarios en todos los países debido al COVID19, como las Olimpiadas de Tokio. Otros eventos pasaron desapercibidos como que, la especie de pez Psephurus gladius se declara extinta. En Irán, el vuelo 752 de Ukraine International Airlines es derribado de manera errónea, dejando un saldo de 176 personas muertas o que el Reino Unido saliera de la Unión Europea. La elección de Biden en las elecciones estadounidenses y la consiguiente derrota de Trump. Todo está centrado en la propagación del COVID19 y las miles de muertes ocasionadas, pero también el flujo de información y la propagación de las fake news.

Esto último nos lleva a recordar la obra de Orwell «1984». Esta novela escrita por George Orwell entre 1947-48, fue publicada al año siguiente(1949). La novela introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante Gran Hermano o Hermano Mayor, el control, la policía del pensamiento y el lenguaje. Dentro de los muchos temas que trata este gran libro de ciencia ficción, la guerra, el control mental, la política, el comunismo, la falta de libertad individual, me centraré en uno en concreto: El control de la información.

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FAKE NEWS Y EL CONTROL DE LA INFORMACIÓN.

Estas noticias falsas, son un tipo de bulo que consiste en un contenido pseudoperiodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales (ojo a este último elemento que es crucial en el siglo XXI) y cuyo objetivo es la desinformación. Se diseñan y emiten con la intención deliberada de engañar, inducir a error, manipular decisiones personales, desprestigiar o enaltecer a una institución, entidad o persona u obtener ganancias económicas o rédito político. Véase como ejemplo Donald Trump y el uso repetido de las palabras » fraude electoral» antes de su derrota.

Mentir acerca de un fraude en las elecciones generales de un país, de las muertes ocasionadas de un virus, ocultar información de propagación, del uso de mecanismos como mascarillas y geles, o incluso prometiendo estudios avanzados de vacunas, las noticias falsas, intentan dividir a la población, en favor de los manipuladores para mantener el control del poder.

LA NEOLENGUA COMO HERRAMIENTA DE CONTROL.

Dentro del término de la neolengua, hay una expresión muy curiosa llamada Doblepensar(doublethink). Se trata un proceso de adoctrinamiento por el cual se espera que el sujeto acepte como verdadero lo que es claramente falso, o que acepte simultáneamente dos ideas mutuamente contradictorias como correctas, a menudo en contradicción con sus propios recuerdos o sentido de la realidad. Decir mentiras a la vez que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga recordar, y luego, cuando vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega.

 

Dentro de la novela de Orwell, como reza uno de los sloganes del partido, La Ignorancia es Fuerza (debido a que la ignorancia evita cualquier rebelión contra el Partido, por lo cual «La fuerza es Ignorancia»). Mantener entretenido al pueblo y futuros votantes mediante el uso de la publicidad invasiva, los medios de comunicación y el ocio vacío de contenido, es una de las armas más potentes que puede tener un gobierno. Desde la inventiva de la televisión, este elemento audiovisual de comunicación se ha usado por todos los bandos o formas de gobiernos ya sean izquierdas, derechas, republicanos, demócratas o dictaduras. Cada vez es mayor el consumo de medios audiovisuales, siendo 2019 un año récord en la creación de contenidos.

EL ENTRETENIMIENTO VACÍO.

1984
Los 3 lemas del partido.

El auge de youtube con vídeos, el streaming de spotify, los likes de Facebook, las stories de Instagram, los Favs de Twitter, todo va orientado a un solo propósito: Que el usuario sea el producto. Ya es sabida la manida frase de, Si es GRATIS el producto eres tú. A este apartado habría que añadir, tú y tú INFORMACIÓN. El big data o recopilación de perfiles de internet se ha consagrado como uno de los negocios más lucrativos del siglo XXI. La venta de correos, cuentas corrientes, perfiles y tarjetas de crédito, dan un sin fin de posibilidades a los piratas informáticos. Esta información en malas manos puede vaciarnos la cuenta corriente y dejarnos en bancarrota, pero hay otra cosa peor.

Si algo es GRATIS, el producto eres tú.

El control de los gustos de los usuarios es algo más que asumido por todos los que usamos las redes sociales. Un click a un enlace determinado, aceptar la política de privacidad o cookies, hace de nuestro ordenador o móvil, un libro abierto a lo que buscamos en internet. Nos estamos acostumbrando a que aparezca publicidad y ofertas acorde a nuestros gustos y hasta en ocasiones nos sentimos importantes al creer que piensan en nosotros como usuarios privilegiados o únicos. Nada más lejos de la realidad. Somos mercancía y somos abundancia.

¿Compras lo que quieres o lo que te inducen?

El uso que se le están dando al producto audiovisual ha dado otro paso más bajo el paragüas del entretenimiento. Las grande plataformas de contenido bajo demanda como Netflix, han empezado a sacar series de contenido propio en donde puedes elegir la trama mediante la toma de decisiones. ¿Divertido, verdad? ¿Inocuo, quizás?

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película oficial de la serie Black Mirror para Netflix

Aquí me pongo las gafas de conspiranoico y doy voz de alarma. Si ya era evidente el control que tiene la publicidad sobre nosotros en las redes sociales (compramos los que nos sugieren) ahora con el sistema de elección de creación de historias, las plataformas digitales además tienen conocimientos de nuestros perfiles morales y éticos.

Si en una escena determinada de una serie, llamémosla «Misterio X», hay una elección donde puedes elegir si matar o no a determinado personaje por tener X factor (ya sea política, sexual,religión o decisión moral). Esa elección de «caminos» es registrado por el algoritmo. De forma casual y ociosa, estas informaciones están registradas en nuestro perfil que además están conectadas a todo tipo de redes sociales. al final es un compendio de una masa de bits pero que bien estructurados y analizados dan una muestra verídica de cómo somos realmente.

EL USO DE LOS DATOS COMO HERRAMIENTA DE CAMBIO.

¿Realmente es útil esa información? Por ahora es sólo una forma de divertimento o experimento audiovisual. Un intento desesperado de explotar la burbuja de contenidos que se ha ido creando a lo largo de esta década. El cine tuvo su crisis y lo intentó con el 3D, elemento que no llegó a tener calada en el espectador. Ahora la televisión lo intenta usando técnicas básicas de video juegos. «La libre elección» del espectador para sentirse parte de la historia. Otra vez nos hacen sentir importantes cuando en realidad somos consumidores y no creadores. ¿Acaso cobramos derechos de autor?

No sabemos lo que nos deparará el 2021, quizás volvamos a la vida normal pre pandemia y borremos de nuestra mente este annus horribilis. Tenemos una oportunidad única para que el ser humano, como especie invasora y destructiva, recapacite y ordene sus prioridades, y dar una nueva oportunidad a un sistema capitalista ya viciado. Todos formamos parte de la rueda y vamos en una misma dirección, ya depende de nosotros marcar cual será el destino: Evolución o Extinción.