(Circe – Wright Baker/Medea – Anselm Feuerbach).
Para leer esta entrada nos ponemos Despechá de la Rosalía en YouTube y lo vivimos que aquí hay mucha magia, mucho rencor y mucha venganza.
Vamos a empezar con la causante principal, con la persona que provoca que la rueda gire y gire en hechos infinitamente catastróficos, todo muy en la línea de siempre, ustedes ya tienen que estar acostumbrados. Ambas protagonistas, sin embargo, fieles seguidoras de las enseñanzas de Hécate.
Κίρκη
(Circe envidiosa – John William Waterhouse).
Es hija de Helios (wow, esta no se la esperaban) y su mami es la oceánide Perseide. Además, es hermana del rey Eetes y de Pasífae (la del ñiquiñiqui con el Minotauro) por lo que resulta ser tía de Medea. Yes, por eso la hago responsable indirecta de los actos de su sobrina.
Vamos a resumir la infancia de Circe en ni papá ni mamá me hacen caso, resulta que a nadie le gusta que hable porque tengo un tono de voz aparentemente irritante, todo en mí resulta desagradable y yo me refugio en las artes mágicas. Vigilada de cerca por la abuela, pero no mucho.
La primera vez que usa sus conocimientos es para vengarse de Escila, una bella ninfa que el dios Glauco prefirió antes que a ella. Así que coge unos polvitos, unas palabras mágicas y voilá: la convierte en un monstruo marino horrible que, de hecho, da por culo a Odiseo cuando intenta regresar a Ítaca, pero no nos adelantemos. El tema es que, lógicamente, le pilla el gustillo a esto de transformar a las personas, dioses o cosas que le tocan las narices más de lo necesario en animales o monstruos por lo que el resto de los dioses considera que lo mejor es desterrarla a la isla de Eea.
A ver, hay destierros peores, ¿vale? Aunque Circe estuvo aislada del resto de los dioses y del resto del mundo y solo conocía historias a través de Hermes, vivía en la isla con todas las comodidades posibles y con todo el terreno para practicar sus artes por lo que se vuelve una gran hechicera.
(Circe ofreciendo una copa a Odiseo – John William Waterhouse).
Como dije antes, Odiseo sufre el infortunio de terminar en la isla de Eea mientras trata de regresar a su hogar junto a su esposa. Él y la tripulación deciden explorar la isla y algunos llegan antes al palacio de Circe por lo que pasa lo que tiene que pasar: los convierte en cerdos y yo me imagino esa escena como en la película de El viaje de Chihiro (si no sabes de qué hablo, te falta calle). Uno de ellos escapa y avisa a Odiseo de lo que está sucediendo, pero no se enfrenta solo a la hechicera (no podría), sino que precisa de la ayuda de Hermes que le entrega un antídoto contra la magia de Circe por lo que Odiseo termina consiguiendo que la diosa restituya la forma humana de su tripulación y se queda con ella durante más de un año. ¿Hace falta decir QUÉ hicieron durante todo ese tiempo? No, ¿verdad? Pues eso. Odiseo, pillín, prisa por volver a Ítaca, pero no mucha, eh.
Cuando la morriña y la nostalgia le puede lo suficiente, decide que es momento de partir de nuevo y Circe le aconseja que descienda al Hades para hablar con el adivino Tiresias pues es capaz de marcarle el camino a casa.
(Circe – John Collier).
Cedemos el protagonismo a su sobrina y principal aprendiza, a quien le enseña absolutamente todo lo que sabe sobre brujería:
Μήδεια
(Medea – A. Sandys).
Hija de Eetes, rey de la Cólquide, y de la oceánide Idía. Hermana de Apsirto y nieta del rey Sol, Helios. Con Jasón tuvo dos hijos: Mérmero y Feres.
Esta tragedia griega comienza con Jasón llegando a la Cólquide en busca del famoso vellocino de oro. Hera, que tenía ganas de fiesta y no se le ocurrió otra forma de ayudar a su protegido, conspira con Afrodita para que despierte una pasión desenfrenada en Medea que cae a los pies del Argonauta, pero este no se queda callado no, para asegurar la ayuda de la princesa le promete convertirla en su esposa. Y claro, Medea, que es de las de ¿el anillo pa cuándo? tiró palante sin pensarlo dos veces.
Total, que si no fuera por Medea y sus artes mágicas, Jasón no habría sido capaz ni de oler a lo lejos el vellocino de oro porque el mérito de salvar todas las pruebas que Eetes le pone y de adormecer al dragón son cosa de la hechicera.
¿Qué sale mal entonces? Se tienen que estar preguntando. Pues que Eetes no se queda de brazos cruzados y manda a un ejército detrás de ellos: sobre lo que condena a la pareja, porque el karma es una perra que camina lenta, pero camina, existen varias versiones: o que Apsirto era adulto y comandaba el ejército y ella lo engaña y lo atrae para asesinarlo y descuartizarlo o que era un niño y, antes de abandonar el palacio, lo asesina y descuartiza para retrasar la reacción de Eetes. El chiquillo termina de la misma forma sea la versión que sea así que… por este crimen, que no es poca cosa, Jasón y Medea terminan en la isla de la tita Circe para que los purifique por el tremendo sacrilegio que acaban de cometer.
(Jasón y Medea en el templo de Júpiter – Jean François de Troy)
Jasón y Medea se casan en el país de los feacios y viven felices y comen perdices… no, bueno, sí, pero no durante mucho tiempo porque el rey Creonte le presenta al Argonauta la posibilidad de casarse con su hija Creúsa y el muy imbécil se enamora perdidamente, así que ABANDONA a Medea (esta escena en la obra de teatro se suele representar en una playa y es muy intensa) quien jura que se arrepentirá y pone en marcha una venganza de dos fases: 1) le regala a la princesa un manto, heredado de su abuelo Helios, como muestra de paz y muere abrasada viva (¿quién en su sano juicio acepta un regalo de una mujer, famosa por su brujería, que acaba de ser abandonada por el tipo con el que te vas a casar, alma de cántaro?) y 2) asesina a sus propios hijos para ultimar el sufrimiento de Jasón.
La verdad es que Medea como personaje es de armas tomar porque, después de hacer tantísimo daño y dirigir su venganza a personas inocentes en lugar de pagarlo directamente con el culpable, escapa en un carro de su yayo Helios tirado por dos serpientes y llega a Atenas donde se casa con Egeo y tiene a Medo. Allí intenta envenenar al príncipe Teseo, pero le sale mal y termina regresando a casita donde asesina al rey Perses y se hace con el trono. Es decir, con sus DOS GRANDES OVARIOS SE CONVIERTE EN LA REINA DE LA CÓLQUIDE.
(Medea, con los hijos muertos, huye de Corinto en un carro tirado por dragones – Germán Hernández Amores).