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Hathor, «la señora de Todo que vive en Verdad».

Si bien ya hemos hablado anteriormente de Nut e Isis, por ejemplo, como la gran madre, lo cierto es que el arquetipo no proviene de ella, sino de Hathor quien parece ser la más antigua de todas.

En los Textos de los Sarcófagos, donde aparece después de su desaparición durante el Imperio Antiguo, se dice que fue creada antes que el cielo y la tierra pues llegó a existir en el mismo momento en que Ra emergió como dios Sol y ocupó su lugar junto a él en la barca solar mientras que otros dicen que fue hija de Ra. Entre que se cuenta que tenía la piel negra con destellos rojizos (como un ópalo) y las circunstancias de su nacimiento se considera una diosa celeste que lleva el disco solar como peinado.

Podemos encontrar a Hathor representada tanto como Sekhmet con su cabeza de leona o siendo ella misma con cabeza de vaca o cara de mujer con cuernos de vaca entre los que estaba el disco solar. En los templos de Dendera y Filae fue representada en os pilares como una mujer con orejas de vaca, con una gran sonrisa y gran belleza. Sus títulos eran numerosos y la mayoría estaban relacionados con la alegría y la felicidad, en un sentido más general encarnaba la verdad y la justicia, del amor, la música, la danza y el canto. En el Libro de los Muertos se le asigna la tarea de de proporcionar comida y bebida a las almas que hacían el camino a través del mundo inferior antes de llegar al juicio.

Ven con mis cuernos y disfruta mi belleza;

ven con mi cara y haré que seas exaltada.

El relato más famoso conocido entre aquellos que defienden su origen como primogénita del dios principal lo encontramos entre los años de declive del Ra quien estaba apenado por la pérdida de poder y de respeto que la humanidad le profesaba. Las palabras del tipo mirad a Ra, es anciano y sus huesos son como plata, su carne es como oro y si pelo verdadero lapislázuli eran muy comunes y, según el dios, eran una burla hacia la pérdida de sus años mozos. Así que convoca a todos los dioses que le son leales y a su hija más querida, Hathor, en el Lugar Oculto para ponerse a salvo de la posible venganza que se fraguaría.

Ra pidió consejo a Nun sobre qué hacer con ellos, la verdad es que la diosa no se lo pensó dos veces porque dijo exactamente lo que sabía que su padre querría escuchar: el ojo de Ra debe bajar a la tierra en forma de Hathor y matar a todos los que atacan al gran dios. ¿Creen ustedes que hubo gran resistencia por el resto de los dioses ante la posibilidad de un genocidio? Jajajaja… por supuesto que no, les faltó tiempo para votar a favor.

Hathor fue enviada bajo la forma de Sekhmet, una feroz leona. Descubrió el placer de derramar sangre por la tierra y pronto los atormentadores de Ra aprendieron la lección. Su padre estaba satisfecho. Al menos en un principio, pues la llamó para que detuviese su violencia…, pero ni siquiera sus palabras la detuvieron y ella clamaba:

Por tu vida, ¡oh, Ra!

Yo hago lo que quiero sobre la raza humana

y mi corazón se alegra.

Durante muchas noches las aguas del Nilo se tiñeron de rojo y Ra sintió en su anciano corazón la piedad (ja), pero ningún dios parece ser capaz de parar la sed de sangre. Ra invoca a sus mensajeros y los envía a Elefantina con instrucciones de obtener cantidades industriales de la fruta de la mandrágora y que provoca una graaaan somnolencia. Además, su fruto es rojizo y grana y su jugo rojo como la sangre. Las mujeres molieron cebada para hacer cerveza, la mezclaron con el colorante de la mandrágora, la dividieron por diferentes partes del país y la tuvieron preparada justo para cuando Hathor despertó por lo que al iniciar de nuevo su vendetta ya totalmente personal fue bebiendo los charcos de la sangre falsa que encontraba sin darse cuenta de la diferencia. Al final del día el mejunje le hizo caer en un profundo sueño y Ra pudo llamarla de nuevo a la casa de los dioses.

En conmemoración a este mito, las generaciones siguientes de seguidores de Hathor fueron recompensados con la fiesta anual de la cerveza…claramente fue una medida de contención para explicar que bebieran TANTÍSIMO.