Archivo de la etiqueta: menat

La Tríada de Menfis.

No se conserva mucho de la ciudad que fue la capital de Egipto y uno de los emplazamientos más poderosos del mundo, pero se trató de una ciudad construida para los vivos (casas, mercados, oficinas gubernamentales y templos), aunque muy poco de ello pervivió en el tiempo. Su nombre egipcio era Hikaptha que significa Casa del ka o espíritu de Ptah por lo que afirmamos que la ciudad fue construida alrededor del templo que adoraba al dios mientras que el palacio Los Muros Blancos fue situado cerca del lado sagrado y de los jardines reales. Se conservan restos dispersos, pero la pieza con más valor es una estatua de piedra caliza de Ramsés II que en sus tiempos tuvo una altura de trece metros, pero ahora le faltan las piernas y la corona.

En la teología menfita podemos encontrar una estela de granito que data de la XXV dinastía donde se cuenta el juicio de la Enéada que terminó la guerra entre Seth y Horus bajo el acuerdo de paz que dividió el Alto Egipto para el primero y el Bajo Egipto para el segundo. Sin embargo, esto pierde valor cuando Ptah se identifica como Horus y bajo él vuelven a reunirse las dos coronas. La piedra lo aclama como dios supremo y creador de todo pues recuerda la versión de la creación de Heliópolis: Atum creó la Enéada mediante la masturbación (¿te lo perdiste? Pincha aquí), pero es más importante la creencia de que las palabras adecuadas para sembrar esa día salieron de boca de Ptah pues su cabeza era el asiento de la inteligencia y su lengua el agente del corazón.

Ptah.

Es uno de los dioses más característicos pues se trata de un hombre calvo con barba y una prenda de vestir muy apretada que recuerda a las vendas en el proceso de momificación (por todo eso de que el proceso beatifica a los faraones a su muerte y los vuelve dioses). De su espalda cuelga una flor llamada menat y que era símbolo de alegría. Sus manos surgen de entre las vendas y agarran un cetro que tiene tres símbolos: una gran pértiga (fortaleza), el ankh (vida) y el pilar djet (estabilidad). Además, está de pie sobre una plataforma vinculada con Maat.

Señor de Maat,

rey de las dos tierras,

el dios de la Bella Cara en Tebas,

que creó su propia imagen,

que modeló su cuerpo,

quien ha establecido a Maat entre las dos tierras.

Era el dios creador, tanto el origen de la inteligencia como de la forma de comunicarla. Considerado Señor del Año, medidor del tiempo, pero sin tiempo para él mismo (la realeza siempre ocupada).

Sekhmet.

Fue llamada la Gran Dama, amada de Ptah, la única, la poderosa y era tanto su hermana como su esposa (a estas alturas, esto no debe sorprenderte demasiado).

Fue representada con el cuerpo de una mujer y la cabeza de una leona que porta un disco solar y una cobra (dos símbolos que la relacionan directamente con su padre, Ra) y vistiendo de rojo. Todo en ella representaba su fuerza, su poder, su violencia pues tal era su carácter y era célebre por ello. En el Libro de los Muertos le atribuyen los cálidos vientos procedentes del cielo y otras fuentes los relacionaban con su aliento en el desierto. Era una diosa de la guerra y acompañaba al rey a la batalla. Sus armas eran las flechas, los dardos y el ardor de su propio cuerpo que era el mismo del sol. Fue llamada Ojo de Ra ya que lo representaba cuando estaba obligado a actuar contra sus enemigos como vimos hace un tiempo aquí.

Yo soy el fiero calor del fuego entre Osiris y su enemigo,

yo mantengo alejado de él a sus enemigos,

alejo a los enemigos de su casa.

Existen dos características menores de esta diosa que discrepan con todo lo que sabemos sobre ella: muchas veces fue representada llevando el símbolo de la vida y también era reconocida como sanadora debido a sus conocimientos de medicina y encantamientos.

Nefertem.

Aunque lo más lógico sería pensar que se trata del hijo de los otros dos, su carácter era tan, pero tan contrario al de Sekhmet que, ante la falta de pruebas que respalden el pensamiento, los investigadores consideran que no eran familia. Es decir, los textos en las pirámides le asocian con la flor de loto y suele ser representado como un hombre sosteniendo un ankh y llevando una flor de loto sobre su cabeza.

Unas ha ascendido como Nerfetem desde el loto a la nariz de Ra,

va hacia delante en el horizonte cada día y los dioses son bendecidos por su visión.

Parece que fue el dios de la fragancia y que desviaba los ofensivos aromas que lanzaban a la embarcación solar durante su viaje cada día a través del cielo (¿te lo estás imaginando echando spray anti malos olores contra Apopis? Yo también). Formaba parte del ritual de purificación antes de entrar a la vida eterna. Las almas se dirigían a los dioses cantando su inocencia y el no haber cometido ninguno de los cuarenta y dos pecados más penosos ante los dioses del juicio.

No es la primera vez que menciono esta lista de pecados y esta vez me he molestado en buscarla porque la curiosidad que siento es inmensa.

  • Salve, Usekh-nemmt, que sales de Anu, no he cometido pecado.
  • Salve, Hept-khet, que vienes de Kher-aha, no he cometido robo con violencia.
  • Salve, Fenti, que vienes de Khemenu, no he robado.
  • Salve, Am-khaibit, que vienes de Qernet, no he matado a hombres y mujeres.
  • Salve, Neha-her, que vienes de Rasta, no he robado grano.
  • Salve, Ruruti, que vienes del Cielo, no he robado ofrendas.
  • Salve, Arfi-em-khet, que vienes de Suat, no he robado la propiedad de Dios.
  • Salve, Neba, que vienes y vas, no he dicho mentiras.
  • Salve, Set-qesu, que sales de Hensu, no me he llevado comida.
  • Salve, Utu-nesert, que sales de Het-ka-Ptah, no he proferido maldiciones.
  • Salve, Qerrti, que vienes de Amentet, no he cometido adulterio.
  • Salve, Hraf-haf, que sales de tu caverna, no he hecho llorar a nadie.
  • Salve, Basti, que sales de Bast, no me he comido el corazón.
  • Salve, Ta-retiu, que sales de la noche, no he atacado a ningún hombre.
  • Salve, Unem-snef, que sales de la cámara de ejecución, no soy un hombre de engaño.
  • Salve, Unem-besek, que sales de Mabit, no he robado tierras cultivadas.
  • Salve, Neb-Maat, que sales de Maati, no he sido un fisgón.
  • Salve, Tenemiu, que sales de Bast, no he calumniado a nadie.
  • Salve, Sertiu, que sales de Anu, no me he enfadado sin una causa justa.
  • Salve, Tutu, que vienes de Ati, no he corrompido a la mujer de ningún hombre.
  • Salve, Uamenti, que sales de la cámara de Khebt, no he corrompido a las esposas de otros hombres.
  • Salve, Maa-antuf, que sales de Per-Menu, no me he contaminado.
  • Salve, Her-uru, que sales de Nehatu, no he aterrorizado a nadie.
  • Salve, Khemiu, que vienes de Kaui, no he transgredido la ley.
  • Salve, Shet-kheru, que vienes de Urit, no me he enojado.
  • Salve, Nekhenu, que vienes de Heqat, no he cerrado los oídos a las palabras de la verdad.
  • Salve, Kenemti, que vienes de Kenmet, no he blasfemado.
  • Salve, An-hetep-f, que vienes de Sau, no soy un hombre violento.
  • Salve, Sera-kheru, que vienes de Unaset, no he sido un agitador de conflictos.
  • Salve, Neb-heru, que vienes de Netchfet, no he actuado con excesiva precipitación.
  • Salve, Sekhriu, que vienes de Uten, no me he entrometido en los asuntos de los demás.
  • Salve, Neb-abui, que vienes de Sauti, no he multiplicado mis palabras al hablar.
  • Salve, Nefer-Tem, que vienes de Het-ka-Ptah, no he perjudicado a nadie, no he hecho ningún mal.
  • Salve, Tem-Sepu, que sales de Tetu, no he hecho brujería contra el rey.
  • Salve, Ari-em-ab-f, que sales de Tebu, nunca he detenido el flujo de agua de un vecino.
  • Salve, Ahi, que sales de Nu, nunca he levantado la voz.
  • Salve, Uatch-rekhit, que sales de Sau, no he maldecido a Dios.
  • Salve, Neheb-ka, que sales de tu caverna, no he actuado con arrogancia.
  • Salve, Neheb-nefert, que sales de tu caverna, no he robado el pan de los dioses.
  • Salve, Tcheser-tep, que sales del santuario, no me he llevado las tortas de khenfu de los espíritus de los muertos.
  • Salve, An-af, que sales de Maati, no he arrebatado el pan del niño, ni he tratado con desprecio al dios de mi ciudad.
  • Salve, Hetch-abhu, que vienes de Ta-she, no he matado el ganado del dios.