(Frigg – Doepler).
Era hija de Fjörgyn y hermana de Jörd, aunque algunos consideran que era hija de ambos y hermana de Odín con quien se casaría y tan bien recibido fue el enlace en el Valhalla que todos los aniversarios eran felizmente celebrados con banquetes y cánticos. Así pues fue declarada diosa del matrimonio y solo ella tenía el privilegio de sentarse en el trono Hlidskjalf junto con Odín y desde donde también podía verlo todo, incluso el futuro, aunque no había forma de arrancárselo y por ello se dice que las mujeres nórdicas son las que mejor guardan los secretos.
(Frigg and Odin – Lorenz Frølich).
También era la diosa de la atmósfera, más concretamente de las nubes. Era alta, bella y majestuosa, coronada con plumas de garza, símbolo del silencio o del olvido y era común su representación vestida con ropajes oscuros o claros, según sus cambios de humor, atados a su cintura con un cinturón de oro del que colgaba un manojo de llaves, distintivo del ama de casa nórdica. También la relacionaban con Ostara, la diosa sajona de la primavera.
Tenía su propio palacio llamo Fensalir, donde pasaba la mayor parte del tiempo tejiendo en una rueca enjoyada que brillaba con tal fuerza que en el cielo del Norte la constelación se conocía como la Rueca de Frigg mientras que en el sur esas mismas estrellas reciben el nombre de Cinturón de Orión.
A pesar de ser su marido el dios del ingenio y de la sabiduría, cuentan dos mitos que era superado constantemente por Frigg:
En una ocasión, Frigg se enamoró de una alhaja de oro que formaba parte de una estatua que habían hecho en honor a Odín y la robó para dársela a los enanos y que hicieran con ella un collar tan espléndido que no solo la diosa brillaba más, sino que incluso el amor de Odín por ella creció. Sin embargo, cuando el dios descubrió la pieza de oro que faltaba se puso furioso y fue a ver a los enanos, como se negaron a delatar a la reina, no le quedó más remedio que hechizar la estatua para que hablara, pero un enano traído por Fulla, la doncella más leal de Frigg, trajo un enano que prometió destruir la estatua si la diosa le sonreía. Como la petición no le costó nada a Frigg, Odín se quedó sin saber la verdad y, enfurecido, se marchó de Asgard llevando con él los dones que normalmente concedía a dioses y hombres por lo que los gigantes se hicieron con el poder durante siete meses que le duró el cabreo al dios.
(Frigg and Fulla – Ludwig Pietsch).
En otra ocasión, los winilers y los vándalos luchaban en una guerra; los primeros gozaban de la atención de Frigg mientras que los vándalos eran favorecidos por Odín. Como quien no quiere la cosa, la diosa preguntó a su marido a quién daría la victoria y él, para no responder, dijo que sería de quien primero viera por la mañana sabiendo que su lecho correspondía al lado de los vándalos. Frigg, sabiendo esto, esperó a que Odín durmiera y dio la vuelta al lecho. Después, ordenó a los winilers que vistieran a sus mujeres con armaduras y que peinaran sus suaves cabellos sobre las mejillas y los pechos. Cuando Odín despertó a la mañana siguiente sus ojos cayeron sobre la hueste armada y, sorprendido, exclamó: ¿Qué Barbaslargas son esas? Otorgándoles un nuevo nombre y dando la victoria a Frigg que dio un grito de júbilo. Odín aceptó esta vez su derrota reconociendo el ingenio de su esposa, no solo no puso reparos, sino que siempre los cuidó con especial cariño y los colmó de bendiciones.
Representaciones de Frigg en la cultura popular:
(Marvel, cómic).
(Marvel, cine).